Después de más de un año sin Quidditch en Hogwarts, por fin el estadio ha sido restaurado, gracias a la ayuda y patrocinio del equipo inglés, los Chudley Cannons. El, como todos sabemos, mejor equipo de la liga Británica e Irlandesa [sic].
El dueño del equipo se reunió hace unos meses en secreto con un miembro del Consejo Escolar que prefirió mantenerse anónimo. «Los Chudley Cannons son un ejemplo a seguir, su resiliencia es algo digno de admirar y deseamos que los alumnos de los equipos de quidditch personifiquen el espíritu incansable de los Cannons en cada aspecto de sus vidas», le confesó al Profeta ese miembro secreto del Consejo Escolar de Hogwarts.
Seguramente, los reservas del peor equipo de Hogwarts podrían ganarle un partido a los titulares de los Cannons con una mano atada a la espalda y un parche en un ojo, pero este humilde reportero puede entender el valor de la fe inquebrantable de los fanáticos de un equipo que se ha mantenido por siglos, literalmente, en el primer lugar de la liga… contando de abajo hacia arriba.
Ha pasado más de un año desde el último partido entre los equipos de las casas de Hogwarts, es comprensible que estén tan desesperados como para aceptar la ayuda del peor equipo de la liga. Ese incidente que abrió una enorme grieta que, seguramente, muchos pensaban que sería irreparable. Los detalles de las reparaciones se han mantenido en secreto, pero el Ministerio ha realizado todas las pruebas pertinentes para garantizar la seguridad, y la buena suerte, de todos los estudiantes, jugadores y espectadores. Por lo visto, los Cannons tienen acceso a magos y brujas mucho más poderosos y efectivos que sus cazadores.
Se rumora que los Cannons enviarán a algún miembro del equipo a narrar los partidos y, Merlín lo prohíba, a desearles suerte en cada entrenamiento. Lo que sí parece ser una realidad, es que el nuevo estadio contará con propaganda de los Cannons. Ya puede verse al menos una bandera naranja chillón ondeando en el estadio.
Esperamos que los estudiantes disfruten del nuevo estadio y que algún valiente Gryffindor logre ponerle encantamientos desilusionadores a toda la propaganda de los Cannons.