Hasthur, es una entidad cósmica, de un poder envidiable, un nigromante innato y un ser caprichoso, o al menos eso puede parecer desde una perspectiva humana. ¿Qué mente humana podría entender una entidad que jamás ha nacido ni parece poder morir?
También se hace llamar el Rey Amarillo, pues uno de sus varios avatares, es un hombre con una túnica amarilla. Ha estado presente durante eones en la Tierra, desde que su hermano Cthulhu cayó dormido en el océano, y observó el progreso de la humanidad hasta que vio la oportunidad de utilizar su energía como alimento para Cthulhu.
Las historias cuentan que El Rey Amarillo solía aparecer ante los humanos y prometer cumplirles sus más grandes deseos: inmortalidad, riquezas, poder, etc. Sin embargo, pocos conseguían ser recompensados, solo los más poderosos magos y brujas, o los humanos más dedicados a su culto.
También se le atribuye a Hasthur, la obra llamada El Rey Amarillo, una obra de teatro que lleva a la locura al que lee, o al que la ve. Esta obra no ha podido ser descrita por nadie, pues no se conoce a nadie que haya salido cuerdo de ella.
Hasthur encontró a Abdul Alhazred cuando la Gran Raza de Yith le brindó el conocimiento para escribir el Necronomicon, y aunque el libro estaba protegido por la Marca Arcana, logró arrancar dos páginas donde se hablaba de la Gran Raza y sus planes para la humanidad. Eso dejó a Hasthur sumamente débil, y decidió quedarse un tiempo en una de las dimensiones que le pareció más fácil de manipular para sus planes.
Carta de Hasthur a… #
“Si quieres encontrar el poder, entonces pacta conmigo. Ofrece tu sacrificio a Dagon a la cueva, y él te aceptará o no dentro. Yo confío en él, y si te ha aceptado, ven a verme… Te enseñaré una cosa o dos, y serás digno de portar nuestra Marca”.